De todo el viaje, la visita que recuerdo con más agobio por el calor es la del Templo de Karnak.
A pesar del madrugón habíamos visitado muchas cosas aquella mañana y se nos vino el mediodía encima con todo el sol de agosto en nuestras cabezas.
El Templo de Karnak está en Lúxor, a 3 Km del Templo de Lúxor. Estaban comunicados por un "pasillo" flanqueado por 600 esfinges, era la Avenida de las Esfinges. Actualmente solo puede verse el inicio de esta avenida en las puertas de cada templo.
El templo de Karnak es el más grande de Egipto, aun hoy en día siguen apareciendo restos arqueológicos y se sigue reconstruyendo. Dedicado a tres dioses: Amón, Nut y Mentu.
El recinto donde se encuentra mide 2400 metros de perímetro y lo rodea una muralla de 8 metros de espesor.
Fue construido durante el reinado de multitud de faraones entre los años 2200 y 360 a.C. Entre los faraones que participaron en su construcción estan: Hatsepsut, Seti I, Ramses II y Ramses III.
Dentro se levanta el gran Templo de Amon y otros más pequeños, capillas y el gran lago sagrado.
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Templo de Karnak |
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Avenida de las Esfinges |
Las esfinges representan al Dios que está protegiendo al faraón entre sus patas.
Una de las salas más espectaculares es la sala hipóstila, con mas de 5000 metros cuadrados y 134 columnas de 23 metros de altura y 15 metros de circunferencia los capiteles papiriformes abiertos. Las 12 centrales elevaban el techo que ahora no existe.
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Primer patio |
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Sala hipóstila |
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Sala hipóstila |
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Sala hipóstila |
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Obelisco de Tutmosis I |
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Obelisco caido de Falled de Hatsepsut |
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Escarabajo sagrado venerado por los antiguos egipcios |
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Lago Sagrado |
Arriba una imagen del lago sagrado de 120 metros de longitud y 77 metros de ancho, donde todas las mañanas los sacerdotes se purificaban antes de empezar las ceremonias religiosas.
Se sabe que en su época de máximo esplendor trabajaban en este templo 81000 personas entre sacerdotes, guardianes, obreros y campesinos.
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Sala hipóstila |
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Avenida de las esfinges |
Terminamos la visita con muchísimo calor y deseando llegar al barco para refrescarnos y beber agua.
Está claro que la decisión de visitar el Templo de Lúxor la tarde antes fue todo un acierto, lo vimos fresquitos, iluminado y las visitas de esa mañana fueron mas relajadas. No me imagino aguantar dos horas mas paseando con ese sol abrasador.
Ahora tocaba comer en el barco y relajarnos toda la tarde mientras iniciabámos la travesia por el Nilo.
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