Nuestra tercera noche abordo iba a empezar con una cena especial. Se trataba de una degustación de platos egipcios amenizado con danzas y cánticos que protagonizaban los mismos camareros del barco.
Todos los pasajeros debíamos ir vestidos al uso, es decir con chilabas, trajes egipcios, etc.
Nosotros compartíamos mesa con tres señoras de edad bastante madura, que llamábamos cariñosamente las chicas de oro. Cuando, el primer día nos asignaron aquella mesa pensábamos que habíamos tenido mala suerte, puesto que eran las mas longevas del grupo, pero luego resultaron encantadoras y estuvimos muy a gusto. Aguantaron más que muchos jóvenes.
La gastronomía egipcia es muy variada, debido a su localización geográfica que hace de puente entre la cocina africana y la mediterránea. No obstante, al ser un país musulmán muchas de las costumbres culinarias se rigen por las leyes del islam.
Para cocinar se emplean pescados frescos de las costas mediterráneas, Son muy preciadas las gambas de Alejandria.
En el terreno de la carne la más común es el cordero, que se asa, se guisa y se cuece. El buey apenas se utiliza para comer ya que está destinado a labores agrícolas.
Las legumbres son muy apreciadas, sobretodo la haba que se puede ver cocinada de distintas formas acompañando infinidad de platos. El segundo ingrediente es el arroz, también omnipresente en la cocina egipcia.
Utilizan también el aceite de oliva y las frutas son abundantes, sobre todo los cítricos.
Se elaboran numerosos tipos de pan con distintos tipos de harina, la mayoría de ellos son planos. Uno de los más característicos es el Aish, que acompaña diversos platos.
Los postres son semejantes a los de otros países de oriente medio, Muy dulces, porque utilizan la miel para elaborarlos, frutos secos y, en especial, los dátiles. Muy famosas tambien son las "meneas", bolas de pasta de almendras rellenas con dátil.
Para evitar contraer la diarrea del viajero, o como llaman allí la "maldición de Tutankhamon" hay que tomar una serie de precauciones básicas, aunque a veces caes y no sabes como.
No hay que beber agua del grifo, siempre embotellada y asegurándose que está precintada. Mejor no tomar hielo porque no podemos estar seguros de que se haya hecho con agua embotellada.
Las frutas frescas siempre deben pelarse y asegurarse que no han pasado por el agua del grifo.
Con el te, tan típico de estos países, no hay problema porqué el agua está hervida.
Terminada la cena, un ratito de paseo por cubierta y a dormir, puesto que a las 2,30 de la mañana tocaban diana. Íbamos a visitar Abu Simbel, una de las perlas del viaje.
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