lunes, 11 de marzo de 2019

4. Provincia de Cádiz - Ruta de los pueblos blancos - Grazalema

Para llegar a Grazalema desde Arcos de la Frontera, lo mejor es tomar la carretera de El Bosque. Ambas poblaciones están separadas por 50 Km, a una hora aproximadamente.
Antes de llegar al pueblo, a unos 3 Km, nos encontramos con un mirador que es de parada obligatoria, el Mirador del Puerto del Boyar.
Este bonito mirador se encuentra en el corazón del Parque Natural Sierra de Grazalema.
El corredor del Boyar está delimitado por dos sierras, la del Pinar y la del Endrinal y es el lugar más lluvioso de la Península Ibérica. Esto es debido a las masas de nubes que llegan del Golfo de Cádiz y cruzan el corredor para chocar después con la Sierra del Pinar y decargar toda el agua de la que van llenas.
La humedad, junto con la altura y la baja insolación,  hacen que la cara norte de la sierra sea uno de los últimos refugios del mundo del pinsapo, una especie de abeto que solo podemos encontrar aquí,  en la  Sierra de las Nieves y Sierra Bermeja en Málaga y en el Parque Nacional de Talassemtane, en Marruecos.

Mirador del Puerto del Boyar

Sobre estas lineas la fotografía muestra una panorámica del corredor. A la derecha, la Sierra del Pinar y a la izquierda la Sierra del Endrinal, con el Salto del Cabrero.
Al fondo podemos ver el Cerro Albarracin, en el cerro de enfrente se encuentra el Castillo de Aznalmara.  

Salto del Cabrero desde el Mirador del Boyar

El Salto del Cabrero es una falla que divide en dos un bloque calizo. El bloque superior forma la cumbre mas elevada, de 970 metros. Entre los dos bloques se abre un profundo tajo y a sus pies discurre el Arroyo del Hondon. Desde aquí surgen varias rutas senderistas que hablan de la espectacular vista desde el nacimiento del arroyo donde caen las dos paredes verticales.

Castillo de Aznalmara desde el Mirador del Boyar
Aunque en la fotografía no lo podemos apreciar, en lo alto del cerro se encuentran las ruinas del Castillo de Aznalmara, una fortificación levantada por los antiguos pobladores hispanomusulmanes para vigilar el valle.
Por detrás vemos una franja de agua, es el Rio Bosque. El Cerro Albarracin a la derecha.

Repoblación en la Sierra del Pinar desde el Mirador del Boyar

Cómo vemos en otros lugares, las actuaciones del ser humano en el bosque impacta de forma negativa sobre el medio natural. Las talas, el carboneo, la implantación de cultivos y los incendios forestales reducen de forma drástica tanto la masa forestal como el suelo fértil. Todo esto provoca además la erosión del terreno por falta de vegetación.
Para paliar todos estos efectos negativos se realizan repoblaciones, en este caso de pino carrasco.
En la imagen superior podemos ver una replantación de pino carrasco, esa especie tiene una gran capacidad de proteger el terreno de la erosión y a su amparo vuelve a crecer la vegetación natural mediterránea (encinas, alcornoques, madroños).

Vista desde el Mirador del Boyar

Ya de vuelta al coche,  tres kilómetros mas adelante nos encontramos ya en Grazalema.
La primera cosa que me sorprendió es la ubicación del pueblo, entrando por la carretera que viene del puerto del Boyar,  lo vemos a nuestros pies, desparramado por el valle y encajonado entre las montañas que lo rodean, las sierras del Pinar y del Endrinal. Todos los tejados de las casas son de un uniforme color marrón y todas las fachadas de un inmaculado blanco.

Grazalema

En Grazalema se han encontrado algunos restos arqueológicos indicadores de una cierta actividad humana durante la prehistoria, pero los datos mas ciertos se obtienen desde la colonización romana del Mediterráneo.
Los bereberes  la ocuparon en el año 715, bautizándola con el nombre de Ben-salama (hijo de Zulema) y posteriormente Grand Zulema y su principal actividad era la agricultura, ganadería y la industria textil.
Los cristianos la conquistaron en 1485 y pasó a llamarse Zagrazalema.

En el siglo XVII Grazalema se hizo famosa por su industria textil, por la fabricación de mantas y tejidos de lana. En el valle que se encuentra a los pies del pueblo (Valle del Guadalete) se encontraban los molinos de agua donde se procesaba la lana. También allí se encontraban los molinos de aceite y de trigo. Actualmente la gran mayoría han desaparecido.
La revolución industrial del siglo XIX desarrolló la producción textil en masa en el norte de España y eso hizo que la artesanal de pequeños pueblos como Grazalema se frenara hasta casi desaparecer, lo que provocó un desempleo masivo en la zona y la migración hacia otras partes de España.
Hoy en dia todavia se pueden comprar productos de lana fabricados de modo artesanal e incluso existe el Museo de la Fabrica Artesanal de Mantas de Grazalema.

Durante la Guerra de la Independencia, los pueblos de la sierra fueron saqueados y destruidos y la epidemia de peste afectó a gran parte de la población. Estos hechos hicieron que surgieran los primeros bandoleros y se establecieran en la serranía.
Durante la Guerra Civil numerosas poblaciones, entre ellas Grazalema, fueron arrasadas y se destruyeron muchos monumentos y documentos.
En el año 2016 contaba con 2144 habitantes.

La carretera que va de Arcos de la Frontera a Ubrique cruza el pueblo. Nosotros dejamos el coche en el aparcamiento que hay junto a la piscina municipal, a la entrada.
Tras un corto paseo llegamos a la plaza España, donde se encuentra el Ayuntamiento y la Iglesia de la Aurora.

Ayuntamiento de Grazalema

Plaza de España - Grazalema

Iglesia de la Aurora - Grazalema

La Iglesia de la Aurora es un templo renacentista de transición al barroco, del siglo XVII. Durante la Guerra Civil fue destruido parcialmente y reconstruido posteriormente.

Plaza de España - Grazalema

A unos metros del Ayuntamiento nos damos de bruces con una llamativa escultura. Son tres figuras  enormes de dos hombres y un  toro atado con una cuerda. En la placa explica que es homenaje a la tradicional fiesta grazalemeña del toro de cuerda. Es obra del escultor Alfredo Fillol Talens y fue inaugurada en 2014.
Ante todo he de decir que estoy totalmente en contra de los espectáculos con animales. No me gusta ver sufrir a ningún ser vivo ni hacer un espectáculo de ello, pero esto no quita que crea que la escultura es espectacular por lo realista que es.
Cuando llegué a casa busqué información sobre esta fiesta. Después de las fotografías lo explico.

Homenaje al toro de cuerda - Grazalema

Homenaje al toro de cuerda - Grazalema

Homenaje al toro de cuerda - Grazalema

Esta fiesta se celebra el lunes siguiente a la festividad de la Virgen del Carmen.
Desde la antigüedad han considerado al toro como animal sagrado, de hecho se han encontrado pinturas rupestres del paleolítico donde se aprecia la figura del toro, siempre asociado a la fertilidad.
Los romanos ya celebraban fiestas con el toro con fines rituales y lo paseaban por el pueblo en señal de respeto.
Los grazalemeños dicen que respetan al animal y que no se le hace ningún daño. La fiesta consiste en atarle una cuerda al toro y pasearlo por el casco urbano donde los mozos que llevan la cuerda lo guian y conducen por sus calles estrechas y empedradas para recorrer todo el pueblo y enseñarlo en todas las casas. Se realizan carreras no exentas de riesgo.
Tengo mis dudas de que a un toro se le pueda pasear como a un perrito y que al toro le guste y colabore con el paseo, pero no lo he visto y no puedo opinar

Y seguimos callejeando por este bonito pueblo blanco, nos encontramos con la Iglesia de la Encarnación, de estilo mudéjar y construida en el siglo XVII.
Está reconstruida en dos ocasiones pues fue asaltada por los franceses durante la Guerra de la Independencia y posteriormente parcialmente destruida durante la Guerra Civil Española.
De su primitiva arquitectura solo se conserva una pequeña capilla.

Iglesia de la Encarnación - Grazalema
Una anécdota  curiosa de esta iglesia.
Como se puede apreciar, la iglesia tiene dos puertas. Hasta hace unos 30 años (ayer mismo), el acceso a su interior la realizaban las mujeres por la puerta derecha y los hombres por la de la izquierda.
Actualmente solo se utiliza la puerta de la izquierda.


Grazalema

Otro de los rincones de obligada visita es el Mirador de Asomaderos, una plaza que es un  balcón abierto hacia el valle del Guadalete.

Mirador de Asomaderos - Los Arrabales - Grazalema
 Los Arrabales - Grazalema

Mirador de Asomaderos - Los Arrabales - Grazalema - calzada medieval
Calzada medieval - Grazalema

Mirador de Asomaderos - Valle del Guadalete - Grazalema
 Valle del Guadalete - Grazalema

Mirador de Asomaderos - Valle del Guadalete - Grazalema
 Valle del Guadalete - Grazalema

Curso del Rio Guadalete - Grazalema

Mirador de Asomaderos - Valle del Guadalete - Grazalema
Valle del Guadalete - Grazalema
Valle del Guadalete - Grazalema

Desde este balcón es un espectáculo ver volar a los buitres, que tienen sus nidos entre esos peñascos.

Buitres sobre el Valle del Guadalete - Grazalema
Buitres sobre el Valle del Guadalete - Grazalema

Mientras estábamos deleitándonos con el paisaje, una mantis religiosa se posó en la barandilla donde estábamos apoyados, y se prestó muy amablemente a que le hiciéramos un book fotográfico. Aquí dejo una muestra.

Mantis religiosa

Como he explicado antes, Grazalema está escondido entre dos sierras: la del Endrinal y la del Pinar. A la del Endrinal pertenece el Peñón Grande, monte que se encuentra a espaldas del pueblo y donde nace el río Guadalete.

Peñón Grande - Grazalema

Desde la carretera hay un sendero que va cogiendo altura sobre el pueblo y se dirige a la ermita del Calvario. Vale la pena subir y hacer aunque sea un trozo para poder admirar las vistas que hay sobre el pueblo.

Grazalema

Ayuntamiento y Plaza de España - Grazalema

Grazalema

Grazalema

 Grazalema

Una vez terminada la visita teníamos que decidir si nos daba tiempo de visitar el tercer pueblo blanco de la lista que era Zahara de la Sierra, solo separado de Grazalema por 16 Km, pero 16 Km de carretera con curvas que tardamos 45 minutos en realizar. Así que luego fuimos justos para poder ver Zahara con calma. Esto en la siguiente entrada.

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