Son muchos los pueblos blancos que existen en Andalucía, pero la ruta oficial transcurre por 19 municipios de la provincia de Cádiz.
Su nombre proviene de la antigua costumbre de sus habitantes de encalar las fachadas de sus casas, adornándolas con macetas de flores de vivos colores y fusionándose con los ocres de las montañas, el verde de la serranía y el intenso azul del cielo.
En estos pueblos podemos seguir las huellas de Al-Andalus a través del trazado de sus calles, el cultivo del aceite, la producción artesana de artículos de piel y de sus nombres; Benamahoma (casa de Mahoma), Alcalá (el castillo), Algar ( la cueva) o Zahara (la fortaleza).
Tambien dejaron huella los romanos, a través de sus calzadas, los conquistadores de América, los bandoleros y un abundante patrimonio arqueológico de mas de 250.000 años de antigüedad.
La ruta atraviesa al norte la Sierra de Cádiz, cruzando El Parque Natural de la Sierra de Grazalema, zona más lluviosa de España, y el Parque Natural de los Alcornocales, el alcornocal más importante de la península ibérica y una de las diez maravillas naturales de Europa.
Dejo aquí un mapa donde se localizan los 19 pueblos.
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Ruta de los Pueblos Blancos de Cádiz |
Era evidente que no podíamos visitar los 19 pueblos porque no había tiempo suficiente, así que, tras consultar diversas fuentes de internet decidimos que seria indispensable poder conocer 5 de ellos: Arcos de la Frontera, Grazalema, Zahara de la Sierra, Olvera y Setenil de las Bodegas.
Empezamos por Arcos, que es la puerta de entrada natural de los pueblos blancos.
Arcos de la Frontera es el municipio mas extenso y mas poblado de la comarca, con poco mas de 31.000 habitantes. Se ubica en lo alto de un cerro a 185 metros de altura, por sus pies transcurre el río Guadalete.
Por su situación estratégica ha estado ocupada por el ser humano desde tiempos prehistóricos. Durante la época musulmana llegó a ser un pequeño reino de Taifa y de esta época data su muralla, el alcázar y el trazado de sus calles.
Con la llegada de los cristianos en el siglo XIII se levantaron los edificios religiosos y los palacios.
El terremoto de Lisboa de 1755 cambió su fisonomía y se vieron afectadas las iglesias de Sta Maria, San Pedro y San Agustín, se hundió el muro norte del castillo sobre el foso y dio origen a la actual calle Nueva.
Durante el siglo XVIII la ciudad empezó a crecer fuera de murallas y se crearon nuevos barrios.
Después de la Guerra Civil y hasta los años sesenta se produce una gran emigración hacia el extranjero y otras ciudades españolas debido al gran paro agrícola, quedando la ciudad sumida en la miseria. El posterior desarrollo del sector turístico la ha convertido en la entrada de la Ruta de los Pueblos Blancos y Conjunto Historico-Artístico
Otro de sus recursos económicos es la industria vitivinicola.
Llegamos a Arcos tras recorrer los 70 Km que la separan de Rota.
Como ya estábamos advertidos, es imposible circular por el casco histórico sin correr el riesgo de abollar el coche, así que decidimos dejar el coche a la entrada del pueblo, en el primer hueco que encontramos. Ahora tocaba ir subiendo por las serpenteantes calles hasta lo alto del cerro donde se encuentra el casco antiguo.
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Arcos de la Frontera |
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Arcos de la Frontera |
Lo mejor es, antes de empezar a deambular sin rumbo, dirigirse a la oficina de turismo que se encuentra en la Cuesta de Belén, donde proporcionan un plano con el recorrido a seguir.
En la misma Cuesta de Belén se encuentra el primer palacio que se puede visitar, el Palacio del Conde del Águila, casa solariega considerada una joya del siglo XV por su estilo, mezcla de gótico tardío con mudéjar.
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Cuesta de Belén - Arcos de la Frontera |
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Palacio del Conde del Águila - Arcos de la Frontera |
Seguimos callejeando y llegamos a la
Basílica de Santa María de la Asunción, templo de origen mudéjar de los siglos XIV o XV que en el siglo XVI, tras profundas remodelaciones se convirtió en iglesia gótica. En la parte exterior conviven elementos del arte ojival, renacentistas y barrocos.
Lo primero que encontramos es la puerta de entrada de la fachada lateral y una pequeña y tranquila placita.
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Basílica de Santa María de la Asunción - Arcos de la Frontera |
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Arcos de la Frontera |
Dando la vuelta a la iglesia nos plantamos en la
plaza del Cabildo, lugar donde deberemos hacer una parada mas larga, pues en esta plaza hay cosas importantes que ver.
En primer lugar, la entrada principal de la
Basílica con su torre inacabada. Esta torre se proyectó en el siglo XVIII y tenia como referente la Giralda. Estaba previsto construir un segundo cuerpo de campanas sobre el actual, mas otro de planta octogonal para el reloj y otro mas similar como remate final. Al final quedó como está ahora.
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Basílica de Santa María de la Asunción - Arcos de la Frontera |
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Basílica de Santa María de la Asunción - Arcos de la Frontera |
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Basílica de Santa María de la Asunción - Arcos de la Frontera |
En la
plaza del Cabildo nos encontramos también el
Ayuntamiento de la ciudad, que parece enclaustrado dentro de lo que queda del antiguo castillo.
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Ayuntamiento Arcos de la Frontera |
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Ayuntamiento y Castillo - Arcos de la Frontera |
A un lado de la plaza se abre un espectacular mirador sobre el valle del
río Guadalete, que discurre a los pies del cerro donde nos encontramos.
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Mirador Plaza del Cabildo - Rio Guadalete - Arcos de la Frontera |
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Mirador Plaza del Cabildo - Arcos de la Frontera |
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Mirador Plaza del Cabildo - Rio Guadalete - Arcos de la Frontera |
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Mirador Plaza del Cabildo - Rio Guadalete - Arcos de la Frontera |
Después de "quemar" la cámara fotográfica volvemos a cruzar la plaza para irnos en sentido contrario y seguir callejeando hasta el siguiente mirador.
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Arcos de la Frontera |
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Convento de las Mercedarias Descalzas - Arcos de la Frontera |
Sobre estas líneas el
Convento de las Mercedarias Descalzas, hoy en día sigue siendo un convento de clausura.
Debajo, el
Templo inconcluso de los jesuitas, restos de la que iba a ser la
Iglesia de los Jesuitas, cuya construcción se inició en 1759 pero ocho años mas tarde, la expulsión de éstos la dejó a medio acabar.
En su lugar se encuentra hoy el
mercado municipal de abastos.
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Templo inconcluso de los Jesuitas - Arcos de la Frontera |
Siguiendo por la calle del templo, y tocando pared con éste, llegamos al
Teatro Olivares Veas, durante su construcción entre 1910 y 1912 se encontraron los cimientos de la torre de la
iglesia de los Jesuitas que no se terminó. El pequeño teatro ha sufrido diversas remodelaciones pero guarda la esencia de su diseño inicial.
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Teatro Olivares Veas - Arcos de la Frontera |
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Arcos de la Frontera |
El siguiente punto marcado para visitar en el plano era el
Jardín Andalusí, llegamos hasta la puerta pero allí nos quedamos porqué estaba cerrado al publico por descanso semanal. Pudimos hacer alguna fotografía desde la verja de entrada.
Este pequeño jardín ocupa la parte trasera del
Palacio del Mayorazgo, lo que fueron en su día las caballerizas y patio de recreo. En 2005 este espacio fue remodelado y convertido en jardín, sin embargo parece que con los años sufrió un estado de semi-abandono y era utilizado como vivero de plantas pero descuidando por completo su mantenimiento. En 2017 se remodeló de nuevo y se convirtió en el actual jardín de estilo andalusí, donde el agua y las plantas aromáticas tienen todo el protagonismo.
Actualmente el
Palacio del Mayorazgo es una sala de exposiciones, la pinacoteca municipal y sede de la delegación de cultura.
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Jardín Andalusí - Arcos de la Frontera |
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Jardín Andalusí - Arcos de la Frontera |
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Jardín Andalusí - Arcos de la Frontera |
El Palacio es una edificación que data del siglo XVII, de estilo herreriano. La fachada es muy estrecha y la plaza donde se ubica es igualmente muy pequeña, por lo que la perspectiva que tenemos es muy corta. Cuando entramos dentro nos damos cuenta de la belleza que oculta, sus patios columnados, el suelo en damero blanco y negro, los artesonados. Vale la pena conocerlo.
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Palacio del Mayorazgo - Arcos de la Frontera |
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Palacio del Mayorazgo - Arcos de la Frontera |
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Palacio del Mayorazgo - Arcos de la Frontera |
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Palacio del Mayorazgo - Arcos de la Frontera |
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Palacio del Mayorazgo - Arcos de la Frontera |
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Palacio del Mayorazgo - Arcos de la Frontera |
Justo enfrente del palacio nos damos de bruces con la
Iglesia de San Pedro.
Edificio del siglo XVI, se asienta sobre los restos de una fortaleza hispanomusulmana, posiblemente de época almohade, de la que aun se conserva parte de la torre poligonal que está integrada en la cabecera de la iglesia.
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Iglesia de San Pedro - Arcos de la Frontera |
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Iglesia de San Pedro - Arcos de la Frontera |
La siguiente parada, el
Mirador de Abades. Se llega a el desde la parte de atrás de la
Iglesia de San Pedro, una estrecha callejuela que termina en un arco que parece ser la puerta de entrada al mirador.
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Arco de entrada al Mirador de Abades - Arcos de la Frontera |
Desde el mirador se pueden ver vistas del entorno del pueblo, del rio Guadalete, de la Sierra de Grazalema y de los Alcornocales.
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Rio Guadalete desde el Mirador de Abades - Arcos de la Frontera |
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Sierra de Grazalema desde el Mirador de Abades - Arcos de la Frontera |
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Vista desde el Mirador de Abades - Arcos de la Frontera |
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Mirador de Abades - Arcos de la Frontera |
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Puente de San Miguel y Rio Guadalete desde el Mirador de Abades - Arcos de la Frontera |
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Mirador de Abades - Arcos de la Frontera |
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Mirador de Abades - Arcos de la Frontera |
En una cota mas inferior se encuentra el
Mirador de la Peña Vieja. Desde él se puede ver como se ha adaptado el diseño de sus calles a la situación topográfica del enclave.
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Mirador de la Peña Vieja - Arcos de la Frontera |
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Rio Guadalete desde el Mirador de la Peña Vieja - Arcos de la Frontera |
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Rio Guadalete desde el Mirador de la Peña Vieja - Arcos de la Frontera |
Y hasta aquí la visita a Arcos de la Frontera.
El final de la visita fue un poco agobiante ya que mientras paseábamos no nos dábamos cuenta que íbamos bajando y que luego tendríamos que volver a subir porque el coche lo teníamos aparcado en el otro lado del pueblo. La subida, fue durísima pues el desnivel es importante y si a eso le añadimos el calor de un mediodia del mes de agosto, pues eso... Hasta el teléfono móvil se me colgó por sobrecalentamiento.
Al final, sobrevivimos y tomamos la carretera que nos llevaría a Grazalema.
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