viernes, 15 de septiembre de 2017

3. Islas Eolias - Lípari, una isla cargada de historia

Lípari es la capital de las Eolias, es la isla más grande y la más poblada del archipiélago, con unos 10.000 habitantes que se triplican en verano.
Con una superficie de 37 Km2, es la que dispone de mas servicios, con una carretera que circunvala la isla (26 Km) y hasta un pequeño túnel que atraviesa un monte para facilitar la entrada a la capital.
La llegada a la isla, siempre por mar, regala una bonita vista. Una ciudad amurallada, presidida por su catedral en la cumbre de una fortaleza natural y flanqueada por una ensenada a cada lado que son los puertos de Marina Corta y Marina Lunga.

Aquí dejo una imagen aérea de Lípari.

Lípari - Islas Eolias
Han sido doce los volcanes que, a lo largo de su historia han ido moldeando la isla, con erupciones de materiales que solo se daban en ellos, como la obsidiana y la piedra pómez.

Está isla ha estado poblada desde el 4000 a.C., cuando los hombres del neolítico la poblaron atraídos por las canteras de obsidiana, piedra con la que fabricaban las lanzas y demás armas cortantes antes de la aparición del metal.
Los griegos procedentes de Rodas se asentaron en ella en el 580 a.C., fundaron Lípara y la amurallaron. De esta civilización se han encontrado importantes restos arqueológicos pues proporcionó un periodo de esplendor a la isla.
Los romanos llegaron mas tarde, en el 251a.C., la destruyeron para levantar allí su imperio. Eso trajo un largo periodo de miseria.
Con los bizantinos, en el siglo III fue sede obispal y los cristianos reconocieron a San Bartolomeo como patrón. 
En el alto Medievo, debido a la actividad volcánica y a los ataques de los árabes, la isla cayó de nuevo en decadencia, quedando deshabitadas todas las islas durante dos siglos.
En 1083 los normandos fundaron una orden benedictina y construyeron un monasterio. Los monjes, con el fin de repoblar las islas, facilitaron la adquisición de las tierras a quienes las trabajaban. De este modo la isla volvió a repoblarse. Se levantó la catedral dedicada a San Bartolomeo utilizando materiales provenientes de antiguas edificaciones griegas y romanas.
Durante esa época la actividad comercial fue frenética, con la explotación del azufre, la piedra pómez o el alumbre, pero en 1544 el pirata Barbarroja atacó y arrasó la isla quemando todo lo que encontraba a su paso, incluida la catedral. Deportó a sus 8000 habitantes para convertirlos en esclavos.
Carlos V, soberano español de Napoles, mandó amurallar la ciudad y, mediante excepciones fiscales y privilegios, propició de nuevo la repoblación (principalmente con españoles). 
A finales de 1700, con la desaparición de la piratería turca, la ciudad volvió a expandirse, primero bajo dominio español, luego bajo los Borbones, Savoya, Austrias y finalmente de nuevo por los españoles hasta la anexión a Italia.
Cómo puede verse, esta isla ha tenido una historia muy movida y quedan muchas muestras de ello en un importante Museo Arqueológico, uno de los principales de Italia.

Para visitar la isla llegamos al puerto de Marina Corta, su nombre le viene de "puerto pequeño", donde amarran embarcaciones pequeñas. Para naves de más calado está la Marina Lunga o "puerto grande"

Lípari - Islas Eolias

Marina Corta - Lípari
Marina Corta es un pequeño puerto que todavía conserva el encanto de la antigua aldea de pescadores que fue desde principios del siglo XX.
En el centro, una pequeña plaza con la estatua del San Bartolomé recibe a los viajeros que llegan a la isla.
Coincidimos esos días con la festividad del Santo, el 24 de agosto, y toda la ciudad estaba engalanada para celebrar su fiesta. Las calles estaban adornadas como lo hacemos nosotros para las fiestas de Navidad, con luces de colores.

Marina Corta - San Bartolomé -  Lípari

La visita la iniciamos a pie, caminando por la ciudad íbamos descubriendo sus rincones mientras nos dirigíamos hasta la fortaleza amurallada. Destacar que la fortaleza es natural, es decir, el promontorio donde se eleva es una estructura geológica de origen volcánico que se encontraba allí desde la formación de la isla. Controla los dos embarcaderos de la isla y se aprovechó su posición estratégica para levantar el castillo.

Lípari - Islas Eolias

Corso Vittorio Emanuele - Lípari - Islas Eolias

El Corso Vittorio Emanuele es la calle principal, lo es desde que los romanos la construyeron cuando conquistaron la isla. Es una calle con mucho movimiento, con bares y restaurantes con terrazas que ocupan parte de la calzada. Tiendas donde comprar alcaparras y vino de Malvasía, o piedras procedentes de los volcanes próximos.

Via Garivaldi - Lípari - Islas Eolias

El final de la via Garivaldi es la entrada al Castello, donde cada época ha dejado su propio testimonio: desde el neolítico hasta la acrópolis griega, la ciudad romana, la normanda y las fortificaciones actuales construidas por los españoles que esconden restos de murallas más antiguas.

Torre griega y muralla española en el Castello - Lípari - Islas Eolias
Recorriendo la muralla podemos ver como se van abriendo huecos que son ventanas panorámicas hacia la ciudad y la costa.

Vista desde la muralla - Lípari - Islas Eolias

Vista desde la muralla - Lípari - Islas Eolias

La Catedral de San Bartolomeo es una iglesia normanda, pero poco queda de su estilo original después de ser quemada y destruida por el pirata Barbarroja. Fue reconstruida varias veces y ahora es una mezcla de estilos, como muestra su campanario neogótico, y otras reconstrucciones góticas y barrocas.

Catedral de San Bartolomeo - Lípari - Islas Eolias

Catedral de San Bartolomeo - Lípari - Islas Eolias

Desde la catedral se accede al claustro de la antigua abadía normanda, del cual se conservan solo tres lados. Es un claustro hecho de "retales", aprovecharon restos de casas romanas y griegas para hacer los capiteles y son de lo mas variopinto: palomas, monstruos, plantas...Lo curioso de este claustro es que ha estado escondido detrás de una pared durante siglos. Lo descubrieron al hacer unas obras en la Catedral en 1980.

Claustro normando - Lípari - Islas Eolias

Claustro normando - Lípari - Islas Eolias

Claustro normando - Lípari - Islas Eolias

Frente a la Catedral unas barandillas nos dejan asomar a las excavaciones con restos arqueológicos estratificados. Habitaciones pertenecientes a asentamientos de la Edad de Bronce, asentamientos urbanos de la época greco-romana. Un decumano o calle principal romana.
Un mural explica muy bien todos los estratos y fases cronológicas.

Excavaciones arqueológicas - Lípari - Islas Eolias

Excavaciones arqueológicas - Lípari - Islas Eolias

Excavaciones arqueológicas - Lípari - Islas Eolias
La siguiente parada es el parque arqueológico, donde están ubicados una treintena de sarcófagos griegos que fueron encontrados en una necrópolis de una localidad vecina. El hallazgo de estos sarcófagos fue importante porqué dentro encontraron utensilios y enseres de la época. Parece que hacían como los egipcios, enterraban a sus muertos junto con objetos de la vida cotidiana para que los pudiesen utilizar en el mas allá.

Tumbas griegas - Lípari - Islas Eolias

Vista desde el Parque Arqueológico - Lípari - Islas Eolias
En el mismo parque se encuentra un anfiteatro griego, lo construyeron en 1976 siguiendo los modelos del que originariamente se encontraba en el mismo lugar. Nada queda del original.
En este lugar se descubrió la mas grande colección de máscaras griegas teatrales encontradas en Europa. Están ahora en el Museo Arqueológico.

Anfiteatro griego - Lípari - Islas Eolias

Vista de Marina Corta desde el Anfiteatro - Lípari - Islas Eolias
Terminada la visita al castillo nos dirigimos hacia el puerto de Marina Lunga, allí un autocar nos esperaba para hacer un recorrido por la isla.

Marina Lunga - Lípari - Islas Eolias

Marina Lunga - Lípari - Islas Eolias

Salimos hacia el oeste enfilando la estrecha carretera que va bordeando la costa para hacer una primera parada en el mirador de Quattrocchi (cuatro ojos). Las vistas son impresionantes.
Desde el mirador vemos la isla de Vulcano al fondo con los farallones de Lípari emergiendo de un mar azul intenso. Mas tarde los podríamos ver mucho mas de cerca.

Castello - Lípari - Islas Eolias

Vista desde Mirador de Quattrocchi - Lípari - Islas Eolias

Vista desde Mirador de Quattrocchi - Lípari - Islas Eolias
Siguiendo la carretera hacia el norte paramos en otro mirador hacia la Isla Salina que visitaríamos al día siguiente. De vuelta al autocar, la carretera sigue bordeando la costa y pasamos Acquacalda y su bonita playa, con el muelle que utilizaban las naves que cargaban la piedra pómez.

Isla Salina desde Lípari - Islas Eolias

Acquacalda - Lípari - Islas Eolias
Mas adelante, a medida que la carretera se acerca  a Porticello, las paredes que tenemos a nuestra derecha se vuelven blancas. estamos pasando por las canteras de donde se extraía hasta hace 10 años la piedra pómez.
Ya he comentado anteriormente que las islas fueron declaradas Patrimonio de la Humanidad en el año 2000. Esto obliga a mantenerlas intactas en cuanto a medio ambiente, por ello el gobierno italiano se comprometía a cerrar las canteras de extracción de piedra pómez.
Pasaron siete años y las canteras seguían en marcha por lo que la UNESCO dio un ultimátum a Italia: o las canteras o el Patrimonio de la Humanidad. Así que la empresa que explotaba las minas cerró de un día para otro dejándolo todo tal cual. No desmontaron nada, solo cerraron la puerta y dijeron que el coste de desmontarlo todo lo asumiera el gobierno o la UNESCO. Y así sigue hoy, diez años mas tarde.
La verdad es que da un poco de pena ver todos los artilugios allí en medio ensuciando el paisaje que podría ser precioso. Esperemos que no tarden mucho tiempo en solucionar el conflicto.

En esta zona el mar se ve de un azul turquesa de ensueño, igual que la parte emergida es blanca por la piedra pómez, la arena del fondo del mar es blanca y le da ese precioso color al agua. Le llaman la Playa Blanca.
Lamentablemente no puedo poner fotografías porque no tuvimos posibilidad de hacerlas desde el autocar pero todo el recorrido hecho por carretera ese día pudimos hacerlo por el mar al día siguiente, así pudimos contemplar esos mismos lugares desde otra perspectiva y hacer fotografías.

Seguimos carretera hacia Canneto, pasamos por una colada de obsidiana de un negro brillante precioso. Esta zona de la isla es donde se encuentra el mayor número de volcanes apagados que hoy en día están cubiertos de vegetación.

Canneto originariamente era donde se alojaban los trabajadores de las canteras, posteriormente se ha convertido en la segunda población en importancia de la isla. Tiene una bonita playa y es un importante centro turístico al que solo lo separan 3 km de la capital.
Desde Canneto se llega a Lipari a través de un túnel que atraviesa el Monte Rosa. De este monte salieron la mayor parte de piedras rosadas que utilizaban los griegos para hacer sus construcciones.

Monte Rosa - Lípari - Islas Eolias
Terminada la visita buscamos refugio para comer y refrescarnos. Ese día pasamos mucho calor, la humedad era muy elevada y hubo momentos de mucho agobio.
Por la tarde todavía tuvimos tiempo para pasear por las calles de Lípari hasta la hora de regresar a Vulcano.
Mañana íbamos a visitar la isla de Salina

Lípari - Islas Eolias

Lípari - Islas Eolias

Iglesia Le Anime del Purgatorio - Lípari - Islas Eolias

Marina Corta - Lípari - Islas Eolias

Marina Corta - Lípari - Islas Eolias


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