Santorini está separada de Creta por 137 Km. Para llegar a ella teníamos reservados pasajes en un ferry rápido que hacia la travesía en unas 2 horas.
El ferry partía del puerto de Heraklion, un barco confortable, cerrado y con cómodos asientos que hicieron de la travesía de ida un rato agradable.
Desembarcamos en el puerto de Athinios sobre las 11 de la mañana, sorprendidos porqué no entendíamos como iba el autocar a subir por esas cuestas, pero sí, subió.
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| Santorini |
Nuestro hotel se encontraba en Kamari, en el lado opuesto a la caldera, donde se encuentran todas las playas de la isla.
El hotel nos enamoró desde el primer momento. Pequeño, pintado con los colores de la isla, azul y blanco, que contrastaba con el fucsia de la bouganvilleas. Se llama Hotel Astro.
Nuestra habitación tenia una pequeña terracita con vistas a la pequeña piscina, todo pequeñito pero muy acogedor.
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| Hotel Astro |
Una vez deshechas las maletas nos dispusimos a conocer Kamari para localizar un sitio para comer. Encontramos un restaurante en una calle que bajaba hacia la playa, Restaurant Peros. Ese local con su amable camarero se convirtió en nuestro restaurante "de cabecera".
Después de comer bajamos hasta la playa.
La playa de Kamari es la segunda de Santorini, protegida al sur por el monte Mesa Vuono, es una extensa playa de guijarros negros. No hay arena, solo guijarros de todos los tamaños, por lo que andar descalzo es dificultoso.
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| Kamari - Playa y Mesa Vuono |
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| Playa de Kamari |
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| Mesa Vuono - Kamari |
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| Playa de Kamari |
Después de pasar la tarde en la playa, disfrutando de sus aguas cristalinas y con los pies un poco machacados por las piedras, regresamos al hotel llevándonos un puñado de guijarros de recuerdo.
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