Siguiendo la recta carretera entre las salinas y el mar, cruzamos
La Fabriquilla y enfilamos la sinuosa carretera que nos llevará al
Faro de Cabo de Gata. Hay algunos tramos angostos, en los cuales supongo que se deben producir atascos en épocas de mas afluencia de visitantes, pero son pocos los kilómetros de recorrido. Enseguida nos encontramos en la parte más elevada del cerro y cuando miramos hacia el mar vemos el
Morrón del Cabo coronado por su faro.
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Faro de Cabo de Gata |
El
faro se construyó en 1863 y ya en siglo XX se terminaron el resto de dependencias que lo completan. Se edificó durante el reinado de Felipe V sobre las ruinas del
Castillo de San Francisco de Paula, que formaba parte de la batería de defensa marítima de la costa de Almeria y que fue destruido durante la
Guerra de la Independencia. Del castillo solo queda el muro de la base.
Construido sobre un acantilado de 50 metros y con una altura de torre de 18 metros, sus destellos son visibles a una distancia de 45 kilómetros. Se complementa con una sirena acústica que se activa los días de espesa niebla, avisando de su presencia a los barcos que navegan cerca.
Antes de enfilar la última rampa que lleva al aparcamiento, y final de trayecto para los vehículos motorizados, nos encontramos con la
Playa del Corralete desde donde se ve una bonita imagen del faro sobre la
Punta del Cuchillo. Dicen que desde este lugar las puestas de sol son muy bonitas.
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Faro de Cabo de Gata desde la Playa del Corralete |
Nos encontramos en el punto mas sudoriental de la
Península Ibérica. A lo largo de su historia, el cabo ha recibido muchos nombres como el griego
Charideum Akra y el latin
Promontorium Charidemun, que podría traducirse como
Promontorio de las Ágatas, debido a las piedras semipreciosas que se podían encontrar en sus alrededores. Este puede ser el origen de su denominación actual de Cabo de Gata, que ya aparece como tal en el siglo XIV.
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Faro de Cabo de Gata |
Uno de los cristales de la lámpara es de color rojo. El haz de luz que proyecta marca la
Laja del Cabo, un arrecife que queda a menos de 3 metros de profundidad que se encuentra a una milla marítima dentro del mar frente al faro, causante de numerosos naufragios a lo largo de la historia.
Un pecio muy visitado por los submarinistas es un barco checoslovaco llamada
Arna que transportaba mineral de hierro y naufragó en 1928 al chocar contra la
Laja del Cabo. Hoy es un refugio para los peces.
No se permite visitar el faro, nos tenemos que conformar en verlo desde fuera y pasear un poco por el entorno, donde descubriremos otra de las joyas del
Parque Natural, el
Arrecife de las Sirenas.
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Arrecife de las Sirenas |
El arrecife recibe este curioso nombre porque en el lugar vivían
focas monje que los antiguos navegantes confundían con sirenas. Este animal habitó toda la costa de
Cabo de Gata hasta mediados del siglo XX, estando actualmente en peligro critico de extinción en todo el
Mediterráneo.
Como siempre, hay que agradecérselo a la mano del hombre.
El
Arrecife de las Sirenas es el resto de una chimenea volcánica (es el conducto que une la cámara magmática con el exterior del cráter) que fue sometida a la erosión. Las formas verticales son restos de rocas volcánicas que se originaron al cristalizarse el magma dentro de la chimenea hace mas de 12 millones de años.
Desde el mirador que hay a un lado del faro se puede ver todo el arrecife a vista de pájaro junto con los acantilados que se desploman en el mar y el agua de un color azul turquesa que hipnotiza.
Una vista preciosa.
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Mirador del Arrecife de las Sirenas |
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Mirador del Arrecife de las Sirenas |
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Mirador del Arrecife de las Sirenas |
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Mirador del Arrecife de las Sirenas |
Se puede acceder al arrecife a través de un sendero que baja al mar. Sorprende encontrarse con unas guias de hierro oxidadas que servirían en su día para mover las embarcaciones. Hoy parece abandonado, sin embargo un par de barcas permanecen varadas en la arena como si todavía alguien las utilizara.
Es una visión extraña, por un lado le da un toque mágico y fotogénico al lugar, pero por otro, la sensación de abandono y la decrepitud de todo ese material provoca un poco de pena. Un lugar tan bonito debería estar mas cuidado y mimado.
También nos llamó la atención la presencia de algunas viviendas desperdigadas en la cercanía. Se mimetizan con el entono porque los colores de sus paredes son del color de la piedra del cabo, pero desentonan y te preguntas quien vive allí y como han dejado hacer esas construcciones en un entorno natural. Igual tiene una sencilla explicación pero estoy segura que no será convincente.
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Arrecife de las Sirenas |
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Arrecife de las Sirenas |
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Arrecife de las Sirenas |
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Arrecife de las Sirenas |
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Arrecife de las Sirenas |
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Faro de Cabo de Gata |
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Arrecife de las Sirenas |
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Arrecife de las Sirenas |
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Arrecife de las Sirenas |
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Arrecife de las Sirenas |
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Arrecife de las Sirenas |
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Arrecife de las Sirenas |
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Arrecife de las Sirenas |
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Arrecife de las Sirenas |
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Arrecife de las Sirenas |
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Arrecife de las Sirenas |
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Faro de Cabo de Gata |
Y aquí finalizamos nuestra visita al
Parque Natural de Cabo de Gata, fueron solo cuatro días pero lo disfrutamos mucho y nos quedamos con ganas de visitar muchas mas cosas.
Así que de nuevo en el coche para regresar por la misma carretera que llegamos al faro pero ahora en dirección a Las Salinas.
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Carretera del Cabo de Gata |
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