jueves, 16 de abril de 2020

1. Monasterio de Piedra - Recorrido adicional

Este otoño, a finales de octubre, pudimos disfrutar de un puente de cuatro días que aprovechamos para hacer una salida antes que llegara el frío invierno.
Nos decidimos por el Monasterio de Piedra, y no nos arrepentimos.
Ya lo conocíamos, yo era la tercera vez que lo visitaba y siempre en verano, pero en ninguna de las otras ocasiones lo disfruté tanto como en ésta. El otoño le da un toque especial a este paraíso.

El Monasterio de Piedra combina una zona monumental de gran valor histórico con un paraje natural espectacular. Durante muchos años fue más conocido por la belleza de su parque que por los edificios monacales, su espacio natural ha estado siempre protegido bajo distintas denominaciones. Hoy está considerado Conjunto de Interés Cultural, como Jardín Histórico.
Algunas de las edificaciones del conjunto monacal datan del siglo XIII y ha sido declarado como Bien de Interés Cultural en la categoría Monumento.
La visita completa incluye el Parque y la zona monumental y de primavera a otoño se realizan exhibiciones de vuelo de aves rapaces.
Lo que recomiendo sin ninguna duda es quedarse a dormir en el hotel.
El Hotel se encuentra dentro del recinto monumental, en el claustro y dispone de unas instalaciones espectaculares que te trasladan al siglo XIII: el viejo claustro, los pasillos abovedados, la escalera renacentista, el spa...
Los huéspedes del hotel tienen precios especiales para entrar al parque, y lo mejor es que mientras dura la estancia se tiene derecho a entrar y salir tantas veces como se desee. Si además  se puede elegir una habitación con vistas al parque, el murmullo del agua acompañará sus sueños.

Llegamos al medio día y mientras hacíamos tiempo para que nos dieran la habitación aprovechamos que empezaba una de las sesiones de exhibición de rapaces. 

Como he dicho antes, el hotel se encuentra dentro del recinto monumental, en el llamado claustro nuevo. Este claustro fue edificado junto al antiguo en el siglo XVII y cuenta con 62 habitaciones que ocupan las antiguas celdas de los monjes. Tiene una piscina al aire libre, una zona de spa, restaurantes, varios salones de descanso, bares y salas para celebrar reuniones.

Nos alojamos en una de las habitaciones con vistas al interior del parque. Tiene una pequeña terracita que invita a sentarse para disfrutar del paisaje y del rumor del agua.

Hotel Monasterio de Piedra - Nuévalos
Hotel Monasterio de Piedra - Nuévalos

Hotel Monasterio de Piedra - Nuévalos
Hotel Monasterio de Piedra - Nuévalos

Desde nuestra terracita se veia este paisaje.

Hotel Monasterio de Piedra - Nuévalos
Hotel Monasterio de Piedra - Nuévalos

Hotel Monasterio de Piedra - Nuévalos
Hotel Monasterio de Piedra - Nuévalos

Comimos en el restaurante Piedra Vieja, junto a las taquillas y la tienda del complejo. A última hora de la  tarde teníamos reservada una sesión de spa, así que tras la comida teníamos un par de horas para pasear por el recinto.
Al margen del recorrido que se realiza por el interior del parque, hay un recorrido adicional de unos 500 metros que sube por un camino paralelo a la muralla, es el Paseo de la Olmeda.


Monasterio de Piedra - Parque

Paseo de la Olmeda - Monasterio de Piedra
Paseo de la Olmeda - Monasterio de Piedra 

Paseo de la Olmeda - Monasterio de Piedra
Paseo de la Olmeda - Monasterio de Piedra 

Paseo de la Olmeda - Monasterio de Piedra
Paseo de la Olmeda - Monasterio de Piedra 

Paseo de la Olmeda - Monasterio de Piedra
Paseo de la Olmeda - Monasterio de Piedra 

El Paseo de la Olmeda llega hasta El Cañar, donde se puede ver un pequeño salto de agua que se dirige al interior del parque para unirse al rió Piedra que da origen a todas las cascadas del jardín.

El Cañar - Monasterio de Piedra
El Cañar - Monasterio de Piedra 

El Cañar - Monasterio de Piedra
El Cañar - Monasterio de Piedra 

El Cañar - Monasterio de Piedra
El Cañar - Monasterio de Piedra 

Desde aquí, un camino sube hasta el final de la muralla y al Mirador de la Puerta Negra.

Siguiendo las normas del císter, se construyó alrededor del monasterio una muralla que marcaba la extensión de la clausura, el terreno consagrado a Dios.
En el siglo XIII, trazaron el perímetro de la muralla que construyeron en adobe, integrando como defensas naturales los precipicios y tajos meridionales que se abren en las huertas del río Piedra. En el siglo XVII esta cerca se sustituyó por una tapia de cal y costra. 
Un total de 1800 metros tenia el perímetro de la muralla trazado en 1218. 
En las posiciones angulares de la muralla se construyeron torres como la que vemos ahora.

Mirador de la Puerta Negra - Monasterio de Piedra
Mirador de la Puerta Negra - Monasterio de Piedra 

Mirador de la Puerta Negra - Monasterio de Piedra
Mirador de la Puerta Negra - Monasterio de Piedra 

Mirador de la Puerta Negra - Monasterio de Piedra
Mirador de la Puerta Negra - Monasterio de Piedra 

Desde aquí, un balcón se abre sobre toda la extensión del parque con el edificio monacal al fondo. Una vista espectacular.

Monasterio de Piedra - Vista desde el Mirador de la Puerta Negra
Monasterio de Piedra - Vista desde el Mirador de la Puerta Negra

Monasterio de Piedra - Vista desde el Mirador de la Puerta Negra
Monasterio de Piedra - Vista desde el Mirador de la Puerta Negra

Monasterio de Piedra - Vista desde el Mirador de la Puerta Negra
Monasterio de Piedra - Vista desde el Mirador de la Puerta Negra
Desandando el camino, volvemos por el Paseo de la Olmeda. Descubrimos rincones donde seguir tomando bonitas fotografías e intentamos identificar las distintas especies de árboles con la ayuda de los carteles que algunos de ellos tienen a sus pies.
En el parque predominan las especies propias de las riberas del río de la zona, complementadas con otras procedentes de repoblaciones y plantaciones ornamentales efectuadas a lo largo de los años.

Chopo - Álamo Negro - Monasterio de Piedra

 El chopo o álamo negro es uno de los árboles más abundantes en el parque, crecen cerca del río.


Castaño de Indias - Monasterio de Piedra
Castaño de Indias - Monasterio de Piedra

En la década de 1960 se introdujeron los castaños de Indias, muy apreciados por la sombra que proporcionan y por la vistosidad de sus racimos de flores blancas.

Almez - Monasterio de Piedra
Almez - Monasterio de Piedra 

El almez es otra de las especies más representativas de la flora autóctona. En la zona recibe el nombre de hayato.


Fresno - Monasterio de Piedra
Fresno - Monasterio de Piedra

Fresno - Monasterio de Piedra
Fresno - Monasterio de Piedra

El fresno de hojas estrechas es una especie autóctona, algunos ejemplares cuentan con más de 150 años.

Otras especies como el nogal o el tilo fueron introducidos por los monjes, que consumían sus frutos. Los sauces llorones se introdujeron también como ornamentales.

Ciprés de Arizona - Monasterio de Piedra
Ciprés de Arizona - Monasterio de Piedra

Monasterio de Piedra

Mirador de la Puerta Negra desde el Paseo de la Olmeda


Terminamos el paseo en la huerta del monasterio.
En la época monacal las huertas se ubicaban intramuros, alrededor de los edificios, para facilitar el trabajo y el riego. De las muchas que había, se han conservado las situadas bajo las antiguas celdas del claustro nuevo, hoy hotel.
Los monjes cultivaban vides, olivos y árboles frutales como manzanos, perales y melocotoneros.


Huerta y claustro nuevo - Monasterio de Piedra
Huerta y claustro nuevo - Monasterio de Piedra

Huerta y claustro nuevo - Monasterio de Piedra
Huerta y claustro nuevo - Monasterio de Piedra

Huerta y claustro nuevo - Monasterio de Piedra
Huerta y claustro nuevo - Monasterio de Piedra
Las celdas del claustro nuevo están distribuidas en tres pisos de altura, en una fachada monumental a base de una sucesión de galerías de arcos de medio punto entre dinteles con pilastras dóricas.

Después del paseo tocaba relajarse en el spa del hotel. Un circuito termal bajo una bóveda medieval para disfrutar con los cinco sentidos. Un juego de luces y una música relajante, junto con el sonido del discurrir del agua  hace que este lugar tenga una magia especial.
La fotografía  que dejo a continuación es cogida de la página web.


Antes y después de cenar en el restaurante Reyes de Aragón, al que se accede desde el mismo hotel, hicimos un recorrido por las instalaciones. Espectacular.

Sigo en la siguiente entrada.

2 comentarios:

  1. Que bonito reportaje Elena, aún no he podido conocer ese bello lugar, espero poder ir pronto!!!!

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  2. Gracias Maribel. No dejeis de ir porque es una maravilla.

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